La terapia con imanes es conocida desde la antigüedad, ya en el antiguo Egipto, Grecia y China utilizaban las propiedades de las piedras magnéticas utilizando la polaridad negativa para aminorar el dolor.
En la década de los 90 el mejicano Dr. Isaac Goiz y su equipo médico hicieron diferentes investigaciones sobre la aplicación de los imanes pero investigando con los dos polos magnéticos (positivo y negativo) conjuntamente, descubrieron que el pH de la zona donde aplicaban los imanes cambiaba, de ácido se transformaba en alcalino y viceversa, lo que les hizo pensar que, ya que algunos patógenos (virus) necesitaban un medio ácido para vivir, con la aplicación de los dos polos podían combatir a múltiples patologías provocadas por virus.
Más tarde descubrieron que algunas bacterias para vivir en el organismo necesitaban un medio muy alcalino, y también descubrieron la forma de eliminar hongos y parásitos. Es así como nace (a groso modo) el Par Biomagnético. En la actualidad se van descubriendo pares que ayudan a múltiples patologías provocadas directa o indirectamente por diferentes patógenos.
Es una técnica indolora que ayuda a cualquier enfermedad con la aplicación de los imanes en puntos concretos para restablecer el equilibrio perdido. Algunas de las patologías que se puede tratar con Biomagnetismo son: Asma, Psoriasis, Vitíligo, Colon irritable, Hipertensión, Depresión, Bipolaridad, Síndrome del Túnel Carpiano, Fibromialgia y SFC, Lupus, Artrosis, Migrañas, Agresividad, Déficit de atención, dolores musculares y articulares,…
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